viernes, 7 de octubre de 2011

golem eroticus

GOLEM ERÓTICUS- Juego heurístico

Basado en el   juego  de Gastón Breyer “El juego de los cuatro antropólogos y las cuatro antropólogas” realizado el  4 de diciembre de 2010 en el Teatro Municipal de Santa Fe
Raquel Minetti- María Rosa Pfeiffer
Invitados: Huairá Basaber- César Costanzo- Virginia Dilda- Pablo Affore- Alan Brignone

¿Quién no ha oído hablar del GOLEM? Aquel hombre construido con arcilla  al que le fue infundida la vida humana.
“Dada una cantidad de arcilla, amásala con agua tibia y con cuidado, luego pronuncia la fórmula secreta, sóplale e insúflale espíritu y tendrá vida”
“¿Materia o espíritu? ¿Quién llama a quién?”

Se habrán de construir  hoy , 4 de diciembre de 2010, un Golem y una Golem, teniendo presente su sentido erótico
Un hombre y una mujer, pero no icónicos, no buscando la forma humana, sino una indicialidad, una referencia simbólica. Una cosmogonía doble, simétrica en contrapunto.
Ellos, los actantes: una Maestra, un Maestro, una Tutora, un Tutor, una Lectora, un Lector, construirán con un repertorio de “cosas”, dos entidades nuevas: “una mónada masculina” una “mónada femenina” que hasta ahora no existían y que ellos mismos desconocían.



                                




































Escribió Gabriel Cimaomo
Porque ser macho o hembra, varón o mujer, en el caso de quienes pertenecemos al mutante género de los hombres sexuados es mucho más que una pura determinación biológica, GOLEM EROTICUS, el juego heurístico, se erige como una metáfora de la inscripción del ser humano en la cultura y sus lenguajes a partir de los cuales se va elaborando una definición colectiva de lo que representa la femineidad y la masculinidad en un momento histórico y en un contexto determinado.
La identidad de género se construye socialmente generando un producto, una imagen, una mirada, pergeñados por obra y gracia de la creatividad de 7 hacedores, número creacional por antonomasia en la cosmogonía fundante de nuestra civilización occidental.
 Gracias Pfeiffer, Minetti, Basaber, Dilda, Costanzo, Brignone, Affore… Y por supuesto Gastón Breyer, por ayudarnos a reflexionar acerca de nuestra participación en los procesos de configuración de nuestra identidad.
 El mundo queer agradece eso y a juzgar por los golems resultantes reafirma que de cualquier forma, raros, somos todos.